Los líderes eficaces saben que uno es tan bueno como la gente que tiene a su alrededor. Teniendo esto en cuenta, los grandes líderes saben que el desarrollo de su equipo es una parte esencial de su función.
Aunque muchos líderes son conscientes de la noción de desarrollo de equipos, es importante entender los conceptos básicos que intervienen en la creación de un equipo, y lo que la aplicación adecuada puede significar para un liderazgo con visión de futuro.
El desarrollo de equipos es fácil, en teoría
Los líderes que son capaces de crear y desarrollar equipos eficaces han acumulado una ventaja decisiva sobre los demás. Cuando se aplica correctamente, el desarrollo de equipos puede crear una atmósfera innovadora que fomente la cooperación, el trabajo en equipo y la confianza entre sus miembros.
Pero, como saben la mayoría de los líderes, el desarrollo de equipos no se produce sin más; hay mucho que hacer para convertir a un grupo de personas en un equipo funcional y productivo. En esencia, la creación de equipos es un proceso considerado de transición de individuos separados a un grupo cohesionado. Un grupo que trabaja a la vez de forma interdependiente y cooperativa para lograr un conjunto específico de propósitos y objetivos.
En teoría, el concepto de creación de equipos es sencillo: reunir a un grupo de personas con talento y comprometidas y encargarles la consecución de un objetivo específico. En realidad, el esfuerzo y la planificación que conlleva la creación de un equipo son estratégicos.
El desarrollo de equipos en su contexto
Cuando se aplica en contextos del mundo real, el desarrollo de equipos puede ser complicado, rápidamente. Sin embargo, hay un punto que aparece continuamente en los estudios e investigaciones como fundamental para que los líderes lo entiendan: cuando los recursos cognitivos, motivacionales y de comportamiento de un equipo están adecuadamente alineados con las demandas de la tarea, el equipo es eficaz.
Esta poderosa alineación entre la intención de un equipo y la tarea puede observarse en diversos contextos cotidianos. En general, podemos observar el desarrollo de un equipo eficaz en el ámbito deportivo. Los equipos deportivos más exitosos están impulsados por esta alineación de la motivación para trabajar al unísono con el fin de lograr un objetivo singular: la derrota sobre su oposición.
La analogía deportiva también puede aplicarse fácilmente al lugar de trabajo. Los equipos más exitosos son los que se conectan, se comunican y colaboran para lograr un objetivo o una tarea singular. El papel de los líderes eficaces es saber desarrollar estas fortalezas individuales y dirigirlas para obtener los resultados que aguardan dentro de su potencial colectivo.
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